Escena de Griselda, la miniserie de Netflix basada en hechos reales en la figura de Griselda Blanco.

Crítica de Griselda: la madrina de Miami

Griselda es una miniserie de 6 capítulos producida por Netflix, que está basada en la figura real de la narcotraficante colombiana Griselda Blanco, quien creó y lideró uno de los cárteles más importantes de la historia del narcotráfico. Si quieres saber cuál fue la verdadera vida de Griselda Blanco, aquí te hacemos un resumen.

Crítica de Griselda

Griselda Blanco fue una narcotraficante que, tal y como indica la serie al inicio, fue el terror hasta del mismísimo Pablo Escobar. Con esa frase contundente de que el único hombre al que le tuvo miedo el narco se llamaba Griselda Blanco nos introducimos en un biopic basado en una figura que consiguió llegar a lo más alto en el mundo de las drogas. 

Sin embargo, si atendemos a su vida real, esta entrega de Netflix se nos queda corta. Y es que el formato de miniserie es el gran error de esta historia, ya que difumina mucho el personaje y acelera demasiado la trama. Para aquellas personas que estén cansadas de series que se extienden a muchas temporadas es el formato ideal, ya que te da el impulso de verte los 6 capítulos en poco tiempo, pero a quienes queremos profundizar más en la figura de la madrina, el desarrollo de la miniserie es demasiado veloz. 

Este es el mayor inconveniente que le veo a Griselda, ya que parece que los productores (entre los que se encuentra la propia Sofía Vergara) quieren mostrar el máximo drama y acción posible en poco tiempo, tanto, que dejan a un lado posibles escenas y capítulos adicionales que nos expliquen el por qué Griselda Blanco llegó adonde llegó, sus orígenes, sus primeros delitos, su vida personal antes de tener criados a sus hijos, y más tejemanejes con los que tuvo que lidiar en aquella época. 

Escena de Griselda, la miniserie de Netflix basada en hechos reales en la figura de Griselda Blanco.

La figura de Griselda Blanco

Es precisamente esto en lo que enfatiza más: Griselda Blanco era una mujer y tuvo que hacerse respetar en un mundo de hombres. En plenas décadas de los 70 y 80 las mujeres tenían muy poca autoridad, y en un mundo de tráfico de drogas y crimen organizado ya ni hablemos. En este punto es donde la serie cae en repetir constantemente la lucha incansable de Griselda Blanco por hacerse hueco, dando lugar a un perfil de víctima, y obviando por tanto su carácter vil de la figura real que fue. 

Aquí considero que la miniserie podría habernos mostrado cómo empezó y cómo siguió, y más de cómo acabó, pero Netflix escogió un formato rápido y la producción se ha adaptado al presupuesto. Así, la maldad de la protagonista queda reducida a una lucha por proteger a sus hijos y darles un futuro mejor, en un intento de hacer cine feminista que al final consigue todo lo contrario, reducir una figura fascinante en este mundo oscuro a una simple madre luchadora. Centrarse en la figura macabra de la narco sí que hubiera sido una gran apuesta, la vida real de esta mujer da para más. 

Aparte de esto, la figura de Griselda es espectacular. La evolución que experimenta desde el primer hasta el último episodio es potente. Lo más destacable de esta evolución son los momentos en los que la protagonista comienza a desconfiar de todo el mundo: de sus socios, de su amiga Carmen, de Chucho, y hasta de su marido Darío. 

El pensamiento constante de que la están traicionando termina por encharcar el listado de muertes mandadas por Griselda Blanco, ejemplo claro de cómo el poder acaba afectando a las personas. 

Un final incompleto

En la miniserie Griselda echo de menos un final más logrado, más desarrollado. Al final nos muestran cómo la protagonista acabó en la cárcel, traicionada hasta por el propio Rivi, y enterándose de los asesinatos de tres de sus hijos poco antes de cumplir su corta condena. 

En la última frase se informa de que Griselda Blanco fue asesinada a tiros a la salida de una carnicería, y yo no paro de imaginarme una escena magistral, con música de la época, en la que la narcotraficante cae despacio al suelo. En fin, a ver si alguien hace una serie más larga, a lo Narcos

Reparto

En el elenco destacan, cómo no, Sofía Vergara como Griselda Blanco, que consigue alejarse de esos papeles cómicos a lo Modern Family para experimentar personajes más serios y dramáticos. Vergara es magistral en las escenas dramáticas y en los delirios del personaje cuando aparece totalmente drogada. 

También destaco el personaje de Rivi (interpretado a la perfección por Martín Rodríguez), Darío (Alberto Guerra) o la investigadora del FBI June (Juliana Aidén Martínez). Los hijos de Griselda sobran totalmente, las actuaciones son muy pobres y poco conseguidas, y de hecho, lejos de apostar por talentos colombianos, se nota el acento mexicano en la trama.  

Conclusión

Lo que empieza siendo una miniserie de drama que promete por su adaptación basada en hechos reales de una figura importante en el mundo del crimen, termina por ser una entrega fallida y poco ambiciosa. La miniserie está bien para entretenerte, pero si pensamos en lo que hubiera podido ser, se queda bastante corta. Una pena. 

Si te gustan este tipo de historias, puedes ver nuestro listado de las mejores series del crimen organizado y drogas, como Ozark, que también está en Netflix y que te recomiendo si no has visto. O si lo prefieres, un top 3 de las mejores series españolas sobre el narcotráfico.

Aquí podrás saber más sobre la figura de Griselda Blanco, con un resumen de su vida real.

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