Tras un primer episodio de la serie bastante en lo alto y un segundo para entrar en calor, nos metemos de lleno en La casa del Dragón con “El segundo de su nombre”.
Crítica del episodio 1×03: “El segundo de su nombre”
Duración: 1 hora 3 minutos.
El capítulo comienza como habíamos abandonado el segundo episodio, con el señor Benefactor de los cangrejos, que sigue conservando su territorio contra Velaryon y Daemon (recordemos que es el hermano del rey Viserys, interpretado por Matt Smith). 🦀
Mientras tanto, en Desembarco del rey se celebra el cumpleaños de Aegon, hijo de Viserys y Alicent, y el primer varón del rey (en torno al que sigue habiendo dudas sobre si será o no el heredero). Rhaenyra se muestra molesta, como es lógico, por no tener seguro su seguimiento al trono. Y es que la Mano sigue presionando a su hija para que convenza al rey de nombrar a Aegon heredero.
El rey sigue en la postura de mantener a Rhaenyra como heredera, y el episodio 3 se centra en esta premisa. En “El segundo de su nombre”, con la celebración del segundo aniversario de Aegon, siguen la tradición de realizar una cacería. En la cacería se divisa un venado blanco, símbolo que significa la confirmación del sucesor (en este caso Aegon).
En Cineando estamos haciendo una serie de críticas de cada episodio. Pulsa en estos enlaces para leerlas:
El futuro de Rhaenyra
En este episodio entramos en materia con el casamiento de Rhaenyra. Cómo no, vemos a un Lannister tratando de asegurar ese matrimonio, para lograr así el reforzamiento de su casa. 🐲
Pero Rhaenyra es un alma libre y se niega a tener un matrimonio concertado y en contra de sus sentimientos, y huye hacia el bosque real donde pasa la noche con Ser Creston. El accidente con el jabalí en el que la princesa acaba con él nos deja ver cómo no se limitará a seguir las órdenes de su padre, aun teniendo que cumplirlas por ser el rey.
Lo mejor del episodio 3
Lo más interesante de este episodio es cómo es Rhaenyra quien acaba viendo al venado blanco, y a pesar de ello decide dejarlo ir en lugar de cazarlo (hubiera sido una buena oportunidad para decir: “Eh, que estoy aquí y realmente soy yo la primogénita y quien debería heredar el trono”. Nos quedaremos con esas ganas). 🦌
Y lo más emocionante es el final, cuando Daemon decide ponerse a sí mismo como anzuelo para hacer el último intento de acabar con el señor de los cangrejos y hacerse con los Peldaños de piedra. Esto no es nada más que su honor, ya que momentos antes había recibido la carta del rey en la que manifestaba su apoyo, a pesar de las diferencias y los enfrentamientos entre ambos.
Es emocionante sobre todo por el suspense que implica la escena, que sin nada de diálogo, transcurre lenta pero rápida, con bastante tensión al pensar que será de los primeros personajes que se cargue La casa del Dragón. Pero no, es él quien se carga a Drahar y sus súbditos y, lo más importante para Daegon, sin la ayuda de su hermano Viserys.