Escena de la película ¿Quién puede matar a un niño?, de Chicho Ibáñez Serrador.

¿Quién puede matar a un niño? Hitchcock a la española (1976)

El filme trata sobre dos guiris de turismo en las costas españolas, Tom y Evelyn, empeñados en diferenciarse del visitante promedio y alejarse así de los destinos habituales para acabar en la misteriosamente deshabitada isla de Almanzora. El enigma del pueblo isleño se revela poco a poco.

Datos de la película

Si tienes curiosidad sobre dónde se rodó ¿Quién puede matar a un niño?, los escenarios se sitúan en Almuñécar (Granada), Menorca y Sitges (Barcelona).

Puedes ver el tráiler de la película aquí:

Chicho Ibáñez Serrador: genio del suspense

Ibáñez Serrador muestra en esta película una capacidad cinematográfica envidiable que en cualquier otro país habría eclipsado en el ámbito internacional al resto de sus compañeros, pero, en España, el clavo que sale pide martillo y este genial director solo realizó dos películas en toda su carrera siendo esta la última.

Si bien el uruguayo-español tuvo una influencia palpable en los medios audiovisuales nacionales con sus programas que evidenciaban un gran genio creativo, no es inevitable pensar en el qué habría pasado de no ser la carrera brevísima, aunque ésta, aun siendo corta, mantiene una patente maestría sobre aprendices como Alejandro Amenábar, Juan Antonio Bayona o Alex de la Iglesia.

Un digno seguidor de Alfred Hitchcock, esta película es una notable obra maestra que, tras estudiar en el taller del suspense, convierte a este oficial de la intriga en un artesano extraordinario del thriller, orgullos del cine patrio.

Crítica de ¿Quién puede matar a un niño?

Alerta spoiler: si no has visto la película, ve a verla y vuelve por aquí para leer la crítica. Si la has visto, ¡cuéntanos qué te ha parecido en los comentarios y si estás de acuerdo!

El durísimo inicio y tan difícil de ver ya nos introduce la idea de la inocencia de la infancia que se verá apoyado por el noticiero de la tienda de fotos o el embarazo de ella. El nudo es entretenido con el cameo de Ibáñez Serrador y las migas que este va dejando para la isla. Curioso y gracioso es que Fiander se considere, siendo biólogo, una especie de médico. Espero nunca tener que recurrir a un biólogo para curar alguna enfermedad o herida; eso solo se lo creerá su madre.

El islote tiene unas características opresivas muy interesantes para una historia intrigante como las idénticas calles, típicas de los pueblos; la condición de insularidad la hace inexpugnable tanto a los entrantes como a los salientes, la falta de medios tecnológicos con el lógico aislamiento y un tercer factor que no se trata tanto del pueblo en sí: la incomprensión lingüística.

Parece ser que, en el proyecto original del director, al ser Tom el único que habla con cierta fluidez el español, la barrera idiomática iba a suponer un gran obstáculo para la pareja protagonista, sobre todo para ella. En el doblaje se pierde un poco esta idea, lo que produce que Evelyn parezca tonta, todo el rato preguntándole a su marido. Sin embargo, hay que destacar la buena actuación de ésta, la mejor de la obra.

Los niños tenebrosos realizan una increíble figuración y un enorme papel como antagonista grupal que atemoriza y tensa los músculos al espectador. El poder hipnótico de la infancia de Almanzora, así como sus actividades homicidas de un gran sadismo y brutalidad nunca llegan a explicarse o mostrarse directamente, sino que se muestran un tanto indirectamente lo que incrementa la tensión y la confusión del público.

Y es preferible, porque cualquier explicación hubiera sido irreversiblemente insuficiente. Se intuye que podría ser una venganza de la niñez a la edad adulta que tanto la ha castigado, como se demuestra en el comienzo tan difícil de tragar. Los párvulos asesinos prueban ser sádicos, crueles como la escena de la piñata (parece indicar canibalismo) o la muerte de la alemana, aparentemente violada. Los púberes juegan con sus víctimas y demuestran inteligencia y resolución de problemas lo que los hace un rival interesante a temer

La parte de Iranzo muestra el motivo de su éxito, tan despiadadamente inhumano. A pesar de las tendencias totalmente reprobables de los infantes isleños, la dureza de las escenas cuando la violencia se ejerce contra ellos es grande pese a la escasa y el mal envejecimiento de los efectos de las heridas y la sangre, auténtica pintura color rojo. Destacar la genial banda sonora de Waldo de los Ríos que consigue con esos cánticos infantiles un mal rollo y tensión sublimes.

Tras la mayor parte de la película siendo gatos con los pobres turistas anglosajones como ratones, ya en el final nos apetece, al menos, darles una bofetada a los críos criminales. El director da a pensar en eso, en que Tom de alguna manera conseguirá con su ingenio de héroe protagonista y el desquite por el violentísimo aborto de su mujer. No es así y el ataque de Tom es ridículo y desesperado con unos planos de maestro de western de llanero solitario. Su final es triste y perfecto con el personaje de Fiander como loco infanticida. La invasión de los niños comienza.

Conclusión

Para acabar, decir que me parece un filme injustamente olvidado, tal vez por ser la carrera de su creador tan breve, pero eso no justifica que sea tan desconocida. Es una obra recomendable y de debida observación para comprender algunos errores y manías del cine español actual de intriga. Parecido a Hitchcock en algunos aspectos, Ibáñez Serrador llega a diferenciarse aquí con su propia personalidad por una prolongación del misterio sin resolver y el origen místico o desconocido de la amenaza, tan bien pensada como chocante.

Puedes ver la película completa en español de ¿Quién puede matar a un niño? online en y Movistar+.

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