La infiltrada es una película basada en hechos reales. Este largometraje ha ganado el Goya a Mejor película 2025 junto a El 47 (un ex aequo que ha sido toda una sorpresa, ya que es la primera vez en la historia de los Goya en haber un empate).
La historia real es la de Elena Tejada, una policía que se infiltró durante 7 años en el ambiente de la izquierda abertzale, llegando a convivir con un miembro de ETA en el mismo piso y colaborando en la entrega de mensajes para obtener información relevante para desarticular a la banda terrorista.
Te contamos todo sobre el caso real de La infiltrada, película de Arantxa Echevarría, que por cierto te recomiendo mucho ver si no la has visto ya (lleva más de 8 millones de espectadores en el cine).
Guion del artículo
La vida real de Elena Tejada
Elena Tejada es la policía que se esconde detrás de los hechos reales que narra la película de La infiltrada, y que interpreta a la perfección Carolina Yuste (Goya a Mejor actriz 2025 muy merecido). Esta historia verdadera se remonta a septiembre de 1992, cuando Tejada empezó una misión de lo más dura, que se extendería hasta marzo de 1999.
Tal y como se dice al final de la película, en los créditos, se trata de una agente que actualmente se supone que está en el extranjero, y que demostró una gran valentía al vivir una vida completamente inventada, haciéndose pasar por activista de la izquierda abertzale y hasta apoyando y defendiendo los asesinatos de ETA para no levantar sospechas.
A raíz de esta película han surgido varias anécdotas de su vida, y es que uno de los mayores miedos de Tejada era soñar. Puede parecer algo insólito, teniendo en cuenta todo lo que fue capaz de enfrentar, pero hablar en sueños y decir algo de su verdadera vida era algo que atormentaba a la agente del Cuerpo Nacional de Policía, ya que ello podría descubrirla con sus compañeros de piso y miembros de ETA en San Sebastián.
Gracias a ella se pudo seguir la pista a diferentes comandos y miembros de la organización armada, y hasta no creer en una supuesta tregua falsa que anunció ETA en el año 1998. Su labor hizo que desintegraran uno de los principales núcleos de la banda, el comando Donosti, toda una verdadera hazaña que duró 6 años y 5 meses, con su vida en juego ante el más mínimo fallo o sospecha.
Cómo comenzó todo
Tal y como se ve en la película, la agente infiltrada no entró de primeras a formar parte del ambiente de la banda. Antes tuvo que construir toda una historia creíble para que nada en el pasado pudiera delatarla. Elena Tejada vivía en Logroño, y allí mismo empezó toda la implicación de la policía para crear un plan perfecto.
Así, se integró en el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC) en su propia ciudad, un espacio que podía introducirla en la izquierda abertzale, al igual que otras asambleas y plataformas ecologistas, soberanistas y activistas de la época (en los años 80 había cierta simpatía hacia el independentismo radical vasco desde la extrema izquierda fuera del propio País Vasco).
Todo esto una vez que el comisario F. S. la seleccionó junto a otros 11 candidatos de la academia de Policía en Ávila (en la película se dicen 5). La idea es que los agentes fueran jóvenes, de manera que nadie pudiera sospechar de su profesión, ya que acababan de graduarse, y de ahí salió Elena Tejada, la única que fue capaz de soportar todo lo que implicaba: alejarse de su familia, no verla durante años, cuidar cada contacto y no tener amigos o conocidos fuera del ámbito en el que se quería infiltrar.
Para el año 1992 Elena Tejada era Aránzazu Berradre Marín, de 22 años, que llegaba a San Sebastián desde Logroño, con la experiencia de estar en ambientes de la clase obrera antimilitaristas, anticapitalistas e internacionalistas, y que acabó trabajando en una carnicería. Entonces empezó a frecuentar garitos y txoznas del casco viejo de Donosti, y cada vez más metiéndose en el mundo que tenía planeado desde el principio.
Cuando conoce al etarra Kepa
El esfuerzo de Elena Tejada/Aránzazu la hizo llegar al etarra Kepa Etxebarria Sagarzazu, superando cualquier investigación que ETA pudiera hacer de ella.
Allí convivió día a día con él, con todo lo que supone seguir conversaciones diarias, fingir que los asesinatos de ETA eran todo un logro, afirmar como héroes a terroristas y aguantar las historias y “anécdotas” que le contarían diferentes personas. Entre ellas también el etarra Sergio Polo, con quien también llegó a convivir.
No olvidemos que la película La infiltrada es ficción, por lo que los hechos íntimos y las conversaciones privadas, o el baile del tango y la escena de sexo entre ambos son añadidos que se hacen para dar más juego cinematográfico al largometraje. La protagonista real, Elena Tejada, supo del proyecto de la película y de un resumen del guión, y en cuanto a su participación, la Policía se ha limitado a asesorar sobre la imagen corporativa y derechos.
Varios policías vigilaban el piso continuamente, pero ella no lo sabía, ya que no querían condicionar su forma de actuar. En total, solo 15 personas de la policía sabían de su existencia y de su labor de infiltrada, y solo 2 conocían todos los detalles, entre ellos el comisario que eligió a la agente.
En aquella época el CESID (CNI actual) no participó de estos hechos reales, ya que por seguridad no se compartía ningún dato.
El descubrimiento de la “traidora” de ETA
ETA asesinó a 64 personas entre septiembre de 1992 y marzo de 1999, tramo de tiempo en el que la infiltrada mantuvo su inventada vida. No se sabe el total de vidas que consiguió salvar la agente con la información que conseguía de próximos atentados y el paradero de etarras, pero sí conocemos una gran hazaña: el conocimiento de la reactivación del comando Donosti cuando en 1998 ETA dijo al gobierno de Aznar que haría una tregua.
Cuando detuvieron a al etarra Kantauri, José Javier Arizkuren Ruiz, uno de los dirigentes más sanguinarios de ETA en marzo de 1999, Kepa Etxebarria y Sergio Polo planearon su huida de España, para lo que confiaron en Elena/Aránzazu, que sería quien los llevara a la estación de San Sebastián. Allí estaba la Policía, que gracias a la colaboración de Tejada detuvo a ambos el 8 de marzo de 1999, acabando con el comando Donosti.
Elena Tejada trató de disimular, pero ETA acabó difundiendo su imagen junto a la palabra “traidora”. La agente desapareció por completo cuando la banda empezó a perseguirla, así como a su familia.
Actualmente, más de 25 años después de la caída del comando Donosti, la vida de la que fue infiltrada Elena Tejada es todo un secreto policial. No se conoce su identidad ni su paradero actual por seguridad.

Periodista. Cinéfila que no puede dejar de decir «brutal» cuando alucina con una película, generalmente de esas que dicen que son raras. 📽️