La noche de los 12 años es una película que narra la historia de tres presos, integrantes de los Tupamaros, durante la dictadura uruguaya de 1973 a 1985. Los presos son Ñato, Mauricio y el conocido Pepe Mujica, cuyas vivencias relata Álvaro Brechner en una adaptación del libro Memorias del calabozo, de Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández.
A pesar de la conocida figura de Mujica, quien fue presidente de Uruguay a los 75 años, no se había tratado su encarcelamiento ni el de otros tantos presos del Movimiento de Liberación Nacional hasta esta película en 2018.
- Antonio de la Torre: José Mujica.
- Chino Darín: Mauricio Rosencof.
- Alfonso Tort: Eleuterio Fernández Huidobro.
- César Troncoso: sargento.
- César Bordón: sargento Alzamora.
- Mirella Pascual: Lucy Cordano.
- Nidia Telles: Rosa.
- Silvia Pérez Cruz: Graciela Jorge.
- Soledad Villamil: psiquiatra.
Puedes ver la película en Netflix.
Crítica de La noche de los 12 años
A pesar de lo que pueda parecer por la sinopsis del largometraje, no se trata de una película que transmita una ideología política. Lógicamente, la historia de los tres presos representa el sufrimiento de los perseguidos ideológicamente por la dictadura uruguaya, pero no pretende implementar unas ideas tan explícitas como ocurre con otras películas históricas.
El drama que se presenta es la muestra de la rabia, la soledad, la impotencia, la desilusión y la espera de tres personas que pasan gran parte de su vida en un calabozo, por llamar de alguna manera a un cubículo diminuto del que van cambiando cada poco tiempo y que resulta ser peor que el anterior.
En esa noche de los doce años lo importante son los personajes, sus ropas, su pelo, la suciedad de su cuerpo, sus heridas en las manos de golpear los muros, las ratas que a veces los acompañan, los pensamientos locos que pasan por su cabeza, las ilusiones e imaginaciones, sus sueños, sus recuerdos… Está construida para que sientas algo ínfimo de lo que esas personas tuvieron que sentir, y que los acompañó durante 12 años, día tras día.
Por eso la película muestra los días: es tan importante el día 2.507 como el día 3.001. son 24 horas de agonía y de silencio (tanto que les prohíben hablar entre ellos o con los propios militares), de soledad y de desesperación. Por eso Mauricio y Ñato inventan una especie de juego con golpes a la pared para comunicarse, y tanto tiempo lo hacen que no les resulta dificultoso.
Los espacios y colores representan el escenario a la perfección: lugares diminutos en los que apenas pueden incorporarse o tan altos como absurdos debido a su estrechez. La claustrofobia que transmite la grabación cumple el objetivo.
Es muy emocionante la escena final en la que los encarcelados van en el autobús camino a reencontrarse con sus familias. “Arriba los que luchan”, dice alguna de las pancartas que llevan. Y vaya que si lucharon, 12 años en distintos cubículos sin ningún respeto a los derechos humanos sin duda es luchar. Y lo que esta película transmite y significa es que nunca te canses de luchar, a pesar de todo.
Periodista. Cinéfila que no puede dejar de decir «brutal» cuando alucina con una película, generalmente de esas que dicen que son raras. 📽️