Escena de la primera película de Batman, en 1989.

Batman (1989): el Origen de los Héroes

Este largometraje tiene el honor de inaugurar una saga fílmica que aún hoy nos persigue en las salas de cine. No es de extrañar que uno de los héroes más populares de las viñetas de todo el mundo, haya sido adaptado a la gran pantalla un gran número de veces. Esta es la primera de esas películas.

Datos de la película

Te dejamos el tráiler de la película de Batman aquí:

Puedes ver Batman (1989) online en castellano en Movistar Play y en HBO.

Batman: un vengativo Caballero Oscuro

Dirigida por el tenebroso Tim Burton, el personaje se amolda perfectamente al universo del director estadounidense. Batman es el antihéroe por antonomasia y el más famoso para el público. Un guardián vigilante que otea desde las alturas a los criminales en una noche tormentosa en la que diluvia sin cesar. Más centrado en la venganza que en la justicia, a diferencia del resto y mayoría de poderosos individuos de estas historias.

El Caballero Oscuro es serio, sardónico y estoico. Sus compañeros de género suelen volcarse hacia pensamientos más idealistas y positivos. No hace falta más que ver a las otras dos grandes figuras del cómic heroico para ver lo lejos que se encuentra dentro de su propia clase. El soleado Superman, siempre peinado y listo para defender el estilo de vida norteamericano o el gracioso Spiderman, con su humor ligero y agilidad trepidante mezclado con los pensamientos más enrevesados de su adolescencia. Si es que, para más inri, no tiene ni poderes. Es un señor vestido de roedor dando puñetazos, lo que también permite mantener los pies en el suelo al guion.

Elementos de la película de 1989

Por eso, es irónico que esta misma película y su éxito hayan significado en el cine heroico. Aunque su oscuridad y humor negro parecieran distinguirla, marcó un antes y un después. Contar los orígenes del héroe y del villano correspondiente, la antítesis simbólica del antagonista con el protagonista, la heterogénea amalgama entre seriedad y chistes fáciles (aunque en esta pionera se pueden contar con las manos las bromas de coletilla), la relación amorosa con una chica guapa e insustancial, el drama de la doble vida, la sorprendente conexión con el malo y el épico enfrentamiento final que acaba con la muerte accidental del infame enemigo.

Todos estos elementos serán repetidos con el devenir natural de los filmes de acción épica como la saga de Spiderman de Sam Raimi o Los Increíbles. Supuso así, la originadora de las películas rompe-taquillas y toda su mercadotecnia porque, hay que reconocerlo, estas adaptaciones se sostienen por la venta masiva de juguetes de colorines. El Cruzado de la Capa se da para estos casos, con el traje, el coche, el avión, el malo, la chica, la base, el foco…

Crítica de la primera obra de Batman

Si esta película plantó base fue porque es buena. Aparte de las invocaciones, la historia es buena. Presenta con misterio al protagonista, del que el público tampoco sabe mucho. No se describen demasiado sus habilidades. Siempre aparece entre sombras para pelear contra algún matón que algún golpe también suelta.

No da la sensación de un personaje todopoderoso, sino que sufre un riesgo real. Es más, el primitivo traje de Keaton, que le impide girar la cabeza, le hace parecer indefenso aparte de ridículo en muchas ocasiones. El público sabe que al final de la cinta, Batman va a ganar y va a salvar a la chica, pero para eso está el villano. La trama mafiosa es entretenida, pero decae estrepitosamente con la historia de amor.

Michael Keaton hace un buen Bruce Wayne (inseguro, rico, traumado) y un buen Batman (serio, amenazante, inteligente, parco en palabras). Un personaje prototípico que luego se ampliará con la secuela y diversas versiones, porque en esta solo está enamorado. No se refleja muy bien el conflicto entre una vida normal y el vigilantismo o el sacrificio físico y mental por cuidar una ciudad.

Escena de la primera película de Batman, en 1989.
La película de Batman, en 1989, fue la primera de la saga, dirigida por Tim Burton.

Nicholson se come la cinta en cada escena. Su interpretación del Joker es clásica con un aspecto calcado de los cómics de la época. Su humor asesino y caprichos caóticos lo hacen un digno intérprete del Príncipe Payaso del Crimen. Las bromas fuera de tono, la risa maníaca, el plan absurdamente peligroso y los aparatos de broma letales son solo una parte de este antagonista. El fondo musical de Prince le pega totalmente con las travesuras locas y son un contrapunto perfecto a la banda sonora insustituible de Danny Elfman, unida irremediablemente y para siempre con Batman. Las escenas donde el Arlequín del Odio se queja, maquina planes o liga con Basinger son oro y gasolina para mover la historia.

La ambientación es otro personaje. Un lugar sombrío, lleno de gente de aquí para allá con una arquitectura que mezcla el gótico con el art decó. Es el escenario idóneo para el ominoso justiciero y toda la estética de años cuarenta que le rodea.

¿Lo peor de la historia?

La peor de la cinta, y con diferencia, es Kim Basinger como Vicki Vale, una fotógrafa de guerra que se traslada a Gotham City para… pues eso… lo que ella iba a hacer. Eso que estaba haciendo hasta que conoce a Wayne. Ella estaba haciendo algo, luego la invitan a una fiesta y se enamora del millonario. Pues ella interrumpe su importante tarea, para tener una relación obsesiva con Bruce. Hasta lo persigue un día que no quería salir con ella. Es normal que se ofusque con su reciente amor porque no tiene nada que hacer, excepto soportar al pesado y recalcitrante de Alexander Knox.

Conclusión

En resumen, se trata de una película que hay que ver, más aún si eres amante de este género porque es una precursora. Sus efectos especiales están conseguidos, aunque algunos han envejecido mal. Su trama palidece ante sus magnéticos personajes y su estética lóbrega marca el aspecto a seguir para sus sucesoras.

La cinta da buenas dosis de acción y la trama no es tremendamente estúpida, sino entretenida y servil para las escenas y los diálogos. Un pilar del cine actual, pese a quien le pese.

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