Escena de la película Plácido, del director español Luis García Berlanga, de 1961.

Crítica de Plácido: la campaña del régimen franquista inspiró a Berlanga

Plácido es una película del director español Luis García Berlanga, que se estrenó en el año 1961, en pleno régimen franquista. El largometraje se puede ver en las plataformas de HBO Max, FlixOlé, Movistar+ y gratis en RTVE Play. 

Vamos a desengranar todos los detalles, el significado, la explicación y el final de la película, ya que Berlanga realmente se inspiró en una campaña que realizaba el régimen franquista para construir la historia de esta película

Sinopsis y contexto de la película

La historia de la película se desarrolla en época navideña, en una pequeña ciudad en la que a unas burguesas se les ocurre realizar una campaña de caridad para los pobres. El lema de dicha campaña es “Siente a un pobre a su mesa”, en la que las familias más pudientes se comprometen a cenar una noche con los más desfavorecidos.

Plácido y su retrato de la caridad

La película nos sitúa en la víspera de Nochebuena, un momento que simboliza la solidaridad y la caridad. El protagonista de la película, Plácido, interpretado magistralmente por Cassen, es un taxista de clase trabajadora a quien contratan para el desfile navideño. Al pobre hombre, que se sirve de su vehículo para vivir, desgraciadamente le surge un problema: el día del desfile le cumple la primera letra del motocarro, a falta de dinero para pagarla. 

Debido al trabajo que le encargan ese día, y tras dar varias vueltas para conseguir que le adelanten dinero, no llega a tiempo a pagar la primera letra, por lo que el protagonista trata por todos los medios para lograr solucionarlo. En medio de varios líos, al taxista también le encargan trasladar a un indigente que está en una cena de la mencionada campaña por una fuerte angina de pecho. Al descubrir la familia rica que el moribundo está viviendo con otra indigente sin estar en matrimonio, deciden realizar de urgencia una boda para que el vagabundo no muera en pecado. 

Líos y problemas de este tipo son los que le van sucediendo a Plácido a lo largo de la película, que destaca especialmente por la supuesta caridad que pretende ofrecer la clase burguesa y el egoísmo real que subyace de las personas que aparentemente querían ayudar. 

Crítica de Plácido

Al igual que Berlanga ha hecho con toda su filmografía, en esta ocasión el director pone de manifiesto la falsedad real que hay detrás de los gestos altruistas que la clase burguesa hace para quedar bien y la falta de empatía hacia los menos afortunados.

Así, Plácido es un escenario en el que vemos explotar la caridad como una fachada social. Aunque la iniciativa de la campaña pretende mostrar la compasión por los más desfavorecidos, Berlanga nos muestra cómo los promotores la crean como una forma de autopromoción y una manera de limpiar la conciencia de los ricos de la ciudad. La película revela cómo la generosidad muchas veces es un acto superficial, una ocasión para mostrar una imagen de benevolencia sin un compromiso real con la causa.

Escena de la película Plácido, del director español Luis García Berlanga, de 1961.
Escena de la película Plácido, del director español Luis García Berlanga, de 1961.

La hipocresía social se manifiesta de manera contundente en la escena del banquete, donde los ricos donantes se regodean en su generosidad, pero evitan el contacto real con los menos afortunados. Berlanga utiliza el humor negro para destacar la desconexión entre las clases sociales y la falta de verdadera compasión en medio de la apariencia de caridad. De esta hipocresía que trata Berlanga hablábamos también en la crítica de su película Los jueves, milagro, que te recomendamos si no has visto. 

El humor negro destaca precisamente en la película, un recurso que suele utilizar el director para abordar temas sensibles. La ironía se convierte en su aliado para señalar la absurda realidad de una sociedad que, en su afán de mostrar una imagen de prosperidad, ignora las verdaderas necesidades de sus ciudadanos. La crítica a la sociedad de consumo se manifiesta a través de la obsesión por la apariencia y la superficialidad que caracterizan a los personajes más adinerados.

La campaña real del régimen franquista

Berlanga se inspiró en una campaña ideada realmente por la dictadura franquista, que tenía precisamente el mismo lema que la película: “Siente un pobre a su mesa”. De hecho, el director quería titular así el filme, pero los censores no permitieron esto y tuvieron que realizar el cambio de última hora, utilizando como nombre el del protagonista de la película. 

Esta campaña tenía como objetivo mostrar esa caridad cristiana hacia los más pobres, pero como nos muestra Berlanga en la película, realmente esconde una forma de limpiar la conciencia de las clases más pudientes. 

¿Dónde se rodó la película?

Plácido está rodada en Manresa, con diversos decorados, aunque la intención del director era grabarla en interiores reales, pero ningún rico aceptó la propuesta de entrar en su casa. Únicamente un director catalán, que era amigo de Luis García Berlanga, le dejó rodar en el comedor de su vivienda.

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