El estreno de la docuserie “El minuto heroico: yo también dejé el Opus Dei” en 2025 está teniendo un éxito inmenso, y sobre todo dando mucho de qué hablar sobre algunos secretos ocultos del Opus Dei. En el documental se exponen los testimonios de mujeres que pertenecieron a la secta y que denuncian los abusos psicológicos, la explotación laboral, el control económico y la trata de personas que se da en la organización.
En este artículo hago un breve resumen de qué se hace dentro del Opus Dei y las secuelas que deja en las numerarias y personas que vivieron (y viven) el día a día dentro de la secta, tomando como referencia lo que se expone en el documental de la plataforma Max (también se puede ver en Movistar Plus y Prime Video).
Guion del artículo
Crítica y datos del documental
La crítica que haré de este documental es que está muy bien montado, por temáticas y con testimonios de 13 mujeres de diferentes generaciones, entornos y partes del mundo, como España, México, El Salvador, Honduras, Argentina, Irlanda o Reino Unido. En todos estos testimonios se ve perfectamente cómo todas coinciden en cada término, costumbre y obligación del Opus Dei, habiendo sido numerarias, numerarias auxiliares o agregadas.
La actriz protagonista, Claudia Traisac, aparece recreando distintas escenas de cómo esas mujeres experimentaron cada vivencia. Esto facilita el entender y empatizar con los testimonios, ya que incluso en la docuserie se muestra cómo ellas están presentes durante el rodaje y le dicen cómo tiene que colocarse y cómo lo recuerdan para que sea más realista.
La valentía de estas mujeres que se exponen públicamente (algunas ya lo habían hecho antes del documental) es digna de admirar. En el documental sobre el Opus Dei también salen otros profesionales especializados en el tema, como psicólogos y abogados:
- Periodista de investigación Gareth Gore, autor de Opus (Editorial Crítica).
- Antonia Cundy, periodista del Financial Times.
- Laura Merino, psicóloga.
- Vega González, psicóloga clínica y directora gerente del Centro de Asistencia e Investigación de Socioadicciones (AIS).
- John Paul Lennon, psicólogo especializado en abusos religiosos y sectas.
- Sebastian Sal, el abogado defensor del “caso de las 43”, exnumerarias auxiliares en Argentina y otros países de América Latina.
La docuserie está producida por THE MEDIAPRO STUDIO para Max España y está creada y dirigida por la periodista Mònica Terribas tras un gran trabajo de documentación.
Ahora vamos con el resumen de la doctrina y la vida dentro del Opus Dei, como cuentan las exmiembros en el documental.
Mortificaciones corporales
Unos de los aspectos más duros que se cuentan en el documental son las mortificaciones. Estas son algunos de los castigos del Opus Dei más impactantes (castigos que desde la secta indican como si fueran unas normas que hay que seguir):
- Minuto heroico. Nada más sonar el despertador, las numerarias tienen que levantarse y decir “serviam” besando el suelo. No pueden hacer lo típico de quedarse 5 minutos más en la cama, tienen que resistir esa “tentación”.
- Ducha de agua fría.
- Cilicio: es una cadena de metal fina, con puntas que se clavan en el muslo para crear dolor e incomodidad y hacer la “penitencia”. Como cuenta una de las mujeres, se niega a llevarlo porque se le clava en la piel y es muy doloroso y al comunicarlo en el centro le dicen que no pasa nada, que tiene la otra pierna y ya se lo pondrá al día siguiente.
- Disciplinas, que no es otra cosa que una cuerda que va haciendo golpes repetitivos para hacerte daño.
- Dormir en el suelo al menos una vez a la semana.
- Pequeñas mortificaciones. No se queda solo en cosas que te producen dolor físico, también mental. Les dicen que se priven de cosas que les gusten: si te apetece una naranja, te comes una manzana; si te apetece un vaso de agua fría, la tomas del tiempo; dice una de ellas.
- Libros: otra cosa que no puedes hacer con libertad. Los libros están numerados del 1 al 6 en que puedes leerlos o están totalmente prohibidos. Increíble.
- La «familiosis» es otra de las que para mí son mortificaciones psicológicas del Opus Dei. Te prohíben ver y celebrar cosas que celebrabas siempre, como Navidad, diciéndote que tu familia ahora es la congregación. Y además no podías manifestar que quisieras ver a tu familia o amigos, porque te decían que era como una enfermedad.
- Amistades particulares: prohibido hacer amistad muy cercana con alguien. Nadie te da la confianza de contar nada, porque además existe lo que llaman la «corrección fraterna«, y es que unas observan a las otras para ver si alguien no cumple con las normas de la “obra” y así decirlo, como si fueran espías.
Todo lo que les hace daño (que no es poco) tienen que ir ocultándolo y asumir la culpa que ello conlleva, con lo que el desgaste psicológico tiene que ser brutal.
Hasta las cartas que mandaban a sus seres queridos las revisaban y controlaban (lo que es ilegal). Si no les gustaba algo de lo que ponían, les hacían quitarlo y hacerlas de nuevo. Hasta ese punto llega el control del Opus Dei.
Depresión o trastornos alimenticios
Derivado de todo esto, no es de extrañar que muchas personas dentro de la congregación necesiten ayuda psicológica. Pero claro, los profesionales psicólogos o psiquiatras a los que las llevan son propios del Opus Dei, con consultas acompañadas por la numeraria o directora (cero intimidad), recetando medicamentos agresivos y con informes que no les dan a las pacientes.
Es “gracioso” cómo cuenta una de ellas que al salir de ahí se dio cuenta de que a un psicólogo normal no le contaría que le agobia el minuto heroico o cualquier cosa que para ellas era una rutina y que fuera de ese mundo son una aberración.
El control psicológico es tal que preferían morirse a dejar de ser fieles a Dios, y de hecho hay casos de suicidio dentro de los centros. Siempre el sentimiento de culpa propia antes que pensar que era toda la secta lo que les hacía sentir así.
Es lo que dicen cuando las incautan: al principio parece que te están acogiendo y a las personas pobres supuestamente les están dando una oportunidad de estudiar, así que poco a poco van haciendo todo y acatando las normas sin cuestionarse nada.
Apostolado: incautación de más numerarias
Captar a otras niñas y mujeres para «pitar» en el Opus Dei es toda una hazaña para quienes están dentro. Está todo tan organizado y estudiado que hasta algunas cuentan que tenían por costumbre escribir en un sobre el nombre de personas de quienes creen que pueden conseguir incautar y ver al año siguiente qué han conseguido. Si han logrado meter a alguien en la “obra” es todo un premio.
Es tan macabro que enseñan a quienes han pasado por todo eso a repetirlo, a hacer que otras personas vivan lo mismo. Todo ello a pesar de que han sufrido esa culpa y ese sentimiento de tristeza cuando pasan el “primer nivel” de que su máxima confidente se aleje de ellas porque ya ha conseguido que esté dentro. Hasta ese nivel controlan la mente de las personas.
Figura de Josemaría Escrivá
Como cada secta, el Opus Dei también tiene su figura a la que venerar, y como dicen, se habla de él, Josemaría Escrivá, más que de Dios.
A mí me impresionó mucho en el documental la parte de las películas sobre él en dibujos animados para los niños. Tiene todo un nivel de planificación y organización que es estremecedor.
Por cierto, una figura que la propia iglesia contribuyó a respetar, ya que cuando murió en 1975 lo canonizó el propio Papa Juan Pablo II.
Dejar el Opus Dei
Las personas que dejan la secta pierden totalmente el contacto con todas las personas que conocen dentro. Esto lo saben, y parece que es como el último recurso antes de que se vayan, la pena de perder todo y a quienes están dentro, que en muchos casos son sus propias familias.
Todo esto además de lo que conlleva abandonar un sitio sin haber visto mundo fuera y tener que valerte por ti misma para seguir adelante, porque es otra de las ilegalidades del Opus Dei: no pagan las nóminas ni cotizan a la Seguridad Social, por lo que las personas que lo abandonan tienen que empezar completamente de cero, y en muchos casos a edades adultas con las que se hace más complicado entrar en el mundo laboral sin formación ni experiencia real y contrastable.
Hasta la delegación del Opus llama a los padres y familia si se van para que no las acojan en casa ni les ayuden económicamente, porque saben que quienes se van no tienen nada y en muchos casos a nadie, porque sus padres han muerto o siguen dentro.
También está el abandono. La secta puede echarte si considera que ya no le sirves por ser muy crítica, y eso para personas que llevan 20 años dentro, aunque quieran irse, supone un gran cambio, ya que fuera de ahí no tienen nada.
No tienen nada porque el Opus Dei nunca les ha dado un céntimo, y tampoco ha contribuido a la Seguridad Social para que puedan tener un sistema de pensiones. Legalmente esas personas nunca han trabajado, aunque pareciera que tuvieran sueldo y lo donaran a la secta, porque todos los papeles que el Opus Dei les hacía firmar, como los cursos y formación, no servían para nada.
El poder y el dinero del Opus Dei
El documental se reserva algo fuerte para el final que personalmente no conocía: los préstamos del Banco Popular a las personas que querían estudiar grados en la Universidad de Navarra (propiedad del Opus Dei) y no tenían dinero. No hay problema: prestaban dinero sin pedir avales ni mucha documentación, facilitando la entrada de más personas en la organización.
Además, como comentan en la docuserie, en el caso de la Universidad de Navarra, todos los profesores y altos cargos de la institución son del Opus, cómo no.
En resumen, es un documental sin duda muy recomendado y que saca a la luz algunos de los secretos más oscuros (cada vez menos) del Opus Dei: todas las normas, obligaciones, doctrinas, castigos y control que someten a los numerarios y agregados a la secta. Bravo por esas personas que consiguen salir y que se atreven a contarlo para que otras no repitan sus pasos.

Periodista. Cinéfila que no puede dejar de decir «brutal» cuando alucina con una película, generalmente de esas que dicen que son raras. 📽️