El silencio es una miniserie de thriller psicológico de la plataforma Netflix que se estrenó el 19 de mayo de 2023. Su director es Aitor Gabilondo, quien también dirigió la serie Patria.
Guion del artículo
Sinopsis
Sergio Ciscar es un delincuente que mató a sus padres siendo menor de edad. En su tiempo en prisión no ha dicho nunca una palabra ni ha hablado con la justicia, y 6 años después es puesto en libertad.
Crítica de El silencio
La serie El silencio es algo complicada teniendo en cuenta las distintas subtramas y giros que da la historia, pero a medida que avanzan los capítulos todo va encajando, incluso en ese giro inesperado al final.
Sergio Ciscar (interpretado por Arón Piper) es un personaje un tanto peculiar que no emite ninguna palabra, hasta que vemos que realmente solo habla con quien siente que puede hacerlo, aunque a medida que avanza la serie realmente parece hablar con todo el mundo. Este aspecto tan llamativo de la trama, por tanto, acaba perdiéndose en el segundo capítulo de los 6 que tiene.
En esta historia también toma importancia el personaje de Ana Dussuel, la psiquiatra y detective encargada de investigar y seguir a Sergio. Interpretada por Almudena Amor, este personaje es bastante frío y monótono, con pocas expresiones faciales y movimientos demasiado robóticos. Cuando la serie está llegando a su final descubrimos que Sergio y Ana son dos personas con altas capacidades, cosa que quiero creer que no influye en que ambos tengan poca emotividad, pocos sentimientos expresados, ya que la realidad de estas personas no son así para nada.
El caso es que la psiquiatra tiene mucho interés en investigar a Sergio y parece que le ha costado mucho que pongan todo el material técnico y humano para hacerlo. Aquí entra de lleno la corrupción de Cabrera (bien interpretado por Aitor Luna), que quiere parar a toda costa el despliegue de observación del delincuente y que se le vuelva a meter en prisión. Para ello consigue que Mikel (Mikel Losada) y Greta (Aria Bedmar), compañeros de Ana, destruyan pruebas como los vídeos de la infancia del protagonista.
Toda esta trama se justifica con el uso de un fármaco que la madre de Sergio (la actuación de Elisabet Gelabert no defrauda) le da a su hijo para controlar sus impulsos nerviosos. A la figura del padre (Jesús Noguero) la ponen de hombre pasivo que acepta las pruebas de laboratorio de su esposa a su hijo, debido al amor incondicional que le tiene. Esta subtrama de las farmacéuticas puede dar más juego en la miniserie, pero como otras historias secundarias, se acaba perdiendo en ese final que tiene tan poco sentido.
Otra de esas historias es la de Marta (Cristina Kovani) con su novio Eneko (Manu Ríos); la de Natanael (como siempre el argentino Ramiro Blas transmite ese miedo y respeto, recordando su interpretación en Vis a vis) como figura que ayuda a la reinserción de Sergio en la sociedad con su trabajo en el vivero; o la de su hermana Noa, que cobra mucha importancia para el protagonista pero que luego ella no parece tener tanta devoción, lógicamente, por su hermano asesino.
Explicación del final de El silencio
El final, como he dicho, es bastante confuso, pero sobre todo acaba siendo un sinsentido. Ana se acerca demasiado a Sergio, tanto que parece que está obsesionada con él (esto liga quizá con el principio de la miniserie en la que se define y se habla de las personas que se enamoran de asesinos y les escriben cartas a la cárcel). En ese acercamiento Sergio le dice que él realmente no mató a sus padres, sino que fue un accidente que su madre se cayera a causa de su padre y que éste se suicidó, por lo que Sergio no tendría nada de culpa en lo ocurrido.
Aquí podemos interpretar al protagonista como un pobre menor que acabó asumiendo penalmente un doble asesinato que no cometió, pero entonces es cuando llega la escena en la que Noa acude a la casa y dice que no fue así, que ella vio todo y que él sí que empujó a sus padres al balcón para matarlos. Él acaba justificando este hecho para parar la continuación de la investigación de sus padres, que querían extenderla a su hermana Noa.
El caso es que de repente estamos viendo a Sergio y a Ana abrazados, Ana totalmente perdida en los brazos de Sergio y acercándose al balcón, mientras éste le da una charla de lo incomprendidos que son en el mundo y la necesidad de parar ese sufrimiento, arrojando a la psiquiatra por el balcón, tal y como hizo con sus padres.
Y ese es el final de la miniserie. Como digo, todo un sinsentido que no da ningún mensaje, solo el de: todo este entramado de historias y líos, ¿para qué? Es como que Ana acepta que Sergio la mate, dada la gran obsesión que tiene por él, pensando que ambos caerán al vacío, juntos. Pero nada más lejos de la realidad, vemos que efectivamente Sergio es un asesino, nada de ser ningún ser especial. La serie intenta que empaticemos con el personaje creyendo que actúa por impulsos debido al tratamiento al que le someten, pero lo cierto es que la explicación a esto es que él tenía arrebatos y su madre trataba de controlarlos, por lo que al final todo lo que creíamos y que la miniserie El silencio nos hace pensar, no resulta ser así.
En fin, una miniserie para pasar el rato pero que no recomendaría como una de las mejores ni de lejos. Es una serie más en el gran catálogo de Netflix, que sirve para rellenar las miniseries españolas que hay en la plataforma, una sensación que también tuve con la película Damsel.
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Periodista. Cinéfila que no puede dejar de decir «brutal» cuando alucina con una película, generalmente de esas que dicen que son raras. 📽️